Amigos, os pongo aquí algunos consejos, que yo nunca tuve el
valor de poner en práctica, pero eso no es óbice, para que a otros le funcione,
y le traiga felicidad, el mundo es muy raro, y no sabemos dónde podemos tener
nuestra oportunidad, y la de otra persona.
Los 3 lugares ineludibles del ligoteo diario
Un ligón que se precie no espera las ocasiones excepcionales para tentar a la
suerte. Las oportunidades se presentan a diario: entre los estantes del
supermercado, en el metro o incluso en la máquina de café.
En el
supermercado, conocer una sección
¿Y si el amor estuviese en la
sección de frutas y verduras? Ni hablar de dejar pasar la oportunidad, hay que
atreverse. Después de todo, ella sólo es una extraña y no arriesgas nada, así
que es inútil hacer mil preguntas del tipo “¿Y si me suelta una bordería?”,
“¿Qué va a pensar de mí?”, “¿Y si ya tiene novio?” A todas estas preguntas nos
dan ganas de contestarte “¿Y qué?”… Sólo tienes que pensar en una cosa: quien no
intenta nada, no tiene nada… Es el momento de pasar a la acción. ¿Cómo? Para
empezar, elige el momento adecuado para ir a hacer tus compras: evita las horas
punta y el fin de semana, sólo encontrarás familias, amas de casa o
sexagenarios… gran error de estrategia.
Lo ideal: la franja de 18h a 20h,
hervidero de solteras hambrientas tras una larga jornada de trabajo que van a
hacer sus compras… Segundo: el carrito. Observa bien los productos de la joven
para eliminar todos los desafortunados poseedores de pañales, tarros y demás,
espuma de afeitar para él. Elige los congelados para una persona y los paquetes
de patatas (para recibir a los amigos). Ahora ya puedes intentarlo. La técnica:
el pack de agua está muy alto… y es demasiado pesado. Ayúdala, y cuando te de
las gracias, aprovechas para entablar conversación. Otra artimaña para vosotros:
arreglárosla para intercambiar los carritos… Las más grandes historias de amor
nacieron de un qui pro quo. Sí, bueno, un falso qui pro quo, nadie ha visto
nada…
En el metro, un vagón
Dado el tiempo que
pasan algunos en el transporte público, sería una pena no aprovecharlo para
realizar buenos encuentros. Incluso EL encuentro. Pues sí, hay cosas más
románticas. Pero el amor, o al menos la atracción, no se pide. Si te gusta una
chica que ves todos los días a la misma hora, decídete a dar el primer paso. Una
mañana, cuida tu atuendo y pon toda la carne en el asador para seducirla (de
todas formas, no olvides que luego te vas al trabajo…). Intenta buscarla en el
andén y arréglatelas para montarte discretamente en el mismo vagón. En el
interior, intenta estar en su campo de visión y aparenta estar ocupado: leyendo,
enviando mensajes, jugando al solitario en el iPhone… Levanta la mirada de vez
en cuando y fíjala durante algunos segundos en ella antes de volver a tus
ocupaciones.
Si le gustas, te sostendrá la mirada y te sonreirá. Si no,
déjalo, o bien no le interesas o está casada… En caso contrario, aprovecha la
ocasión para ir a hablarle. Comienza por el libro que lee o los retrasos del
tren. Ya encontrarás algo. Si estás seguro de volver a verle al día siguiente,
haz durar un poco el juego de seducción y espera antes de darle tu número de
teléfono.
En la máquina de café, añade
interés
Otro lugar de ligoteo diario ideal: la máquina de café
de la empresa. ¿Una colega te gusta y no sabes cómo abordarle? Intenta durante
un café. “Así que ¿cómo has pasado el fin de semana?”, “¿Has ido al cine
últimamente?”, “Impaciente por estar de vacaciones ¿te vas pronto?”… La ventaja
es que esta vez no estás delante de una desconocida (en el peor de los casos, le
conoces sólo de vista) y al menos tenéis un punto en común: vuestra vida
profesional. Un detalle que facilita enormemente la entrada en materia, sobre
todo alrededor de un café… Sin embargo, evita hablar sólo de “trabajo”: ella
justamente viene ahí para cambiar de aires y hacer una pequeña pausa. Si fuma y
tú también, aprovecha para proponerle salir a fumar fuera (¿cómo? Habrá que
aprovecharse de la ley antitabaco) y proseguís vuestra conversación. Si sientes
que la cosa va bien, no dudes en proponerle un almuerzo “uno de estos días” para
empezar, para hacerle languidecer un poco y ver cómo se comporta después. Si
observas distancia, es que no le apetece. En el caso contrario, no esperes más:
te recordamos que el 12% de las parejas casadas se conocieron en su lugar de
trabajo…
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No vayas por donde el camino te lleve,
ve por donde no hay camino, y deja huella.