Altura peligrosa
MARZO 12, 2012 | JOHANNA MORILLO
Dicen que los tacones fueron inventados por una mujer a quien besaron en la frente. Y es que unos centímetros de más hacen mucho: brindan confianza, seguridad y también altura. Pero a la hora de escoger el calzado, se deben considerar otros factores además del modelo y el color. Conoce los riesgos para la salud que implican los diseños muy altos y sin soporte
Dale a una mujer los zapatos apropiados y conquistará el mundo. Sin embargo, temporada tras temporada los diseñadores imponen nuevos estilos con formas, proporciones y alturas insospechadas que dificultan un poco la elección. Pero lo que no debes perder de vista cuando estés en la búsqueda del par ideal es que poco importa lo mucho que te estiliza las piernas o lo bien que complementa ese vestido soñado si con solo medírtelos puedes causarle daños irreparables a tu organismo.
En los últimos años el promedio de altura de un zapato de tacón pasó de ocho a los vertiginosos 12 centímetros. Conforme te elevas, también aumentan las posibilidades de padecer malformaciones en los pies, tobillos, rodillas, columna y articulaciones. Si bien despegar los talones del suelo otorga un halo de poder y sensualidad, también resulta en una desproporción para el peso de tu cuerpo que se empuja hacia adelante y con el tiempo este desbalance ocasiona dolores, calambres, lesiones en los tendones y ligamentos, juanetes y posiblemente enfermedades como la artritis.
De acuerdo con la Sociedad de Quiropodistas y Podiatras del Reino Unido, existe una relación directa entre los ‘stilettos’ y las probabilidades de padecer osteoartritis -también conocida como artrosis- una enfermedad degenerativa de las coyunturas que afecta principalmente al cartílago que protege los huesos y que suele afectar la movilidad. Si bien los especialistas británicos mantienen que es posible desarrollar el diagnóstico con los años, el calzado es un factor muy influyente puesto que la presión extra que supone para los pies, tobillos y articulaciones significa mayor desgaste para los cartílagos.
Para ayudar a entenderlo mejor, el reconocido y mediático Dr. Oz realizó un especial en su programa para ilustrar el problema. Para el segmento televisivo -también disponible en su página web- Oz se ayudó con especialistas, sensores, acelerómetros y cámaras de medición para analizar el impacto sobre las articulaciones y las fuerzas que intervienen al caminar. El experimento hizo visible el desequilibrio del esqueleto de una mujer al sumarse unos cinco centímetros. Al subir la apuesta hasta los 10 centímetros es posible apreciar cómo ninguno de los 26 huesos que conforman los pies se encuentra en una posición cómoda o siquiera apropiada. Lógicamente, a los problemas de la base se suman las rodillas y las caderas quienes también sufren el desbalance, por tanto queda de parte de la espalda compensar el enorme esfuerzo. Eso explica los dolores de columna el día después de la fiesta.
Lo recomendable, según los podiatras o quiropodistas, es llevar un par que ayude a minimizar el estrés sobre el pie y las articulaciones durante la actividad diaria, reservando el desafío de la gravedad únicamente para ocasiones especiales y con moderación. Siguiendo estos consejos, deberás aprender a combinar tu atuendo de oficina con zapatos de punta redonda con una altura de talón no mayor a dos centímetros y medio y con suelas apropiadas que te ayuden a absorber los golpes. Para quienes el inminente riesgo de padecer artrosis no sea razón suficiente para cometer el sacrilegio ‘fashionista’ de llevar una vida plana, el Dr. Oz les recomienda utilizar plantillas de espuma con efecto de memoria que se adaptan a la forma y pisada del pie, las cuales ayudan a disminuir el cansancio. Otra solución práctica son las almohadillas de gel que se colocan en la mitad de la suela para re-direccionar el peso del cuerpo hacia los talones, corrigiendo así la manera de andar.
Lo barato sale caro
No solo la altitud puede causar inconvenientes, un calzado pobremente diseñado o manufacturado, por bajos que sean, resulta igual de perjudicial. Usualmente algunos modelos económicos, que a simple vista parecen cómodos, carecen del soporte adecuado y no son capaces de absorber el impacto que se produce al caminar. Las zapatillas completamente planas sin cojincito de relleno no le brindan apoyo ni descanso al arco, esto termina por llevar los pies hacia adentro extendiendo innecesariamente los ligamentos y tendones de la rodilla, lo cual eventualmente le pasará factura al cuerpo.
Por otro lado, las suelas súper flexibles que no están debidamente acolchadas, terminan por desgastar el tejido blando que se encuentra entre los dedos y la planta del pie, el cual una vez perdido nunca más se recupera. Asimismo, las puntas muy estrechas aprietan los dedos unos contra otros, presionando la piel y facilitando la aparición de callos y uñas encarnadas. Para contrarrestar estos efectos indeseados, algunos tratamientos dolorosos y de sospechosa procedencia proponen inyectar rellenos faciales para revertir el deterioro de la planta, mientras que otros realizan cirugías para disminuir el grosor de los deditos y asegurarse de que la zapatilla de cristal siempre entre con facilidad. Paradójicamente, además de absurdas, ambas técnicas sobrepasan la inversión que harías en un par de zapatos ortopédicos y ergonómicos.
El precio de la vanidad
Antes muerta que sencilla, repiten muchas cual mantra. Pero todo en la vida tiene un valor que no siempre podemos costear. No hay nada como verte y sentirte bien, puedes invertir tiempo y dinero pero la salud nunca es moneda de cambio. La próxima vez que consideres calzarte con tus rascacielos de lunes a viernes y durante toda la jornada, repasa esta lista de consecuencias para evaluar si no estás subestimando el sacrificio de la comodidad.
• Los tacones altos y estrechos provocan inestabilidad, incrementando la curvatura de la espalda, esto puede llevar al rompimiento de discos, espasmos musculares, dolor corporal e incluso migrañas.
• Trastabillar con ellos puestos te hacen más propensa a caídas y consecuentes esguinces de tobillo, contusiones de rodilla, manos y muñecas.
• La osteoartritis es dos veces más común en mujeres que en hombres, esto se debe en parte a la elección del calzado.
• Somete a las rodillas a una gran tensión, la cual puede favorecer la aparición de problemas degenerativos en las articulaciones, tendinitis y fascitis plantar, la cual se reconoce por dolor en el talón o la zona media de la planta del pie.
• Dificultan el funcionamiento normal de las articulaciones de los tobillos y la cadera, cuando intentas mantener el equilibrio.
• Debilitan y acortan el músculo de la pantorrilla, mientras que vuelven rígidos y gruesos el Talón de Aquiles.
• Provocan problemas circulatorios.
• El choque del dedo contra la punta del zapato empuja al primer metatarsiano hacia adentro, provocando la aparición del juanete y contracturas como los dedos en garra y de martillo.