Infieles por naturaleza
Muchos hombres y mujeres son infieles por naturaleza, la monogamia no nació con ellos. Instintivamente siempre están de cacería. Te contamos cuál es la tendencia femenina.
1. La razón justa
Para ser infiel se necesita al menos una buena razón, el gusto por lo prohibido, monotonía de una relación, falta de satisfacción sexual o emocional en pareja, unos tragos de más, y hasta la misma adrenalina de mantener una relación oculta. Una vez se tenga la razón adecuada no habrá remordimiento que valga cuando el placer encienda la llama. Razones típicas: “’Mi pareja me ignora? y “¡No entiendo qué me pasa con ese hombre!?.
2. La presa adecuada
La ocasión hace al ladrón. La tentación está en todas partes, en el trabajo, la universidad, una exposición de pintura, un bar, un café, hasta entre los mismos amigos. La mujer infiel es a su vez una carnada fácil, por eso va en busca de una presa fija y de confianza, es decir, alguien que esté dispuesto a todo sin pedir nada a cambio, y por supuesto, sin delatarla. Posibles carnadas: El vecino, el compañero de la oficina o el instructor del gimnasio.
3. El escondite
La mayor parte de las infieles, excluyendo a las más osadas, eligen un lugar diferente a sus propias casas para encontrarse con sus amantes. Entre más lejos esté de los lugares que frecuenta con su pareja oficial, mejor. Muchas veces recurren a pequeños hoteles o el apartamento de su “affaire? como sitio oficial de fogosos encuentros.
4. La momento preciso
En horas de trabajo, durante “citas?al médico, el dentista, el ginecólogo. La fórmula más frecuente que utilizan las infieles para sacarle tiempo a su “affaire?es inventar tardes de charlas o compras con las amigas, ellos siempre prefieren perderse esos planes. Las reuniones familiares son un fracaso porque se tendría que buscar un cómplice. Escaparse en medio de una reunión de amigos es la peor opción, se pierde a la pareja y a los amigos.
5. La cuartada perfecta
Una cuartada siempre es necesaria, y para ello existe la mejor amiga. Aunque las más profesionales saben que es mejor no confesar el secreto. En caso de despertar alguna sospecha, lo mejor es hacerse la ofendida. Eso siempre funciona.
6. Sin dejar huella
Nada de cambiar repentinamente de ropa interior, perfume, bañarse al llegar a casa o salir repentinamente de viaje de negocios. Lo ideal es no cambiar en lo más mínimo para no levantar sospechas.
7. La aventura extrema
Aunque parezca mentira, las mujeres son muy propensas a la infidelidad porque siempre estan buscando a alguien que las escuche y demuestren que está interesadon por ellas. Si una mujer siente que su pareja la está dejando a un lado, y conoce a otro hombre que la hace sentir viva y deseada de nuevo, se convierte en una infiel en potencia dispuesta a vivir una aventura extrema.
8. Un caso perdido
A diferencia de los hombres, las mujeres tienen un punto en contra a la hora de ser infieles, se sienten mal. Por mucho que él se lo “merezca?, ellas es muy raro que tengan el corazón para engañarlo. Aunque no faltan las que nacen con el “don?. Y claro, las demás cargan con el estigma social que justifica la infidelidad de los hombres, y su apetito sexual, pero y se reservan vírgenes y fieles hasta que la muerte los separa.