¿QUÉ HAS HECHO CON ESTE DÍA?
En mi opinión, no deberíamos acabar ningún día sin hacer una reflexión profunda sobre todo lo que haya acontecido, sobre lo que se ha hecho y lo que no, sobre lo pensado, lo sentido… sobre tomar consciencia de que ya nos queda un día menos de vida en este mundo y consciencia de que éstos son limitados, irrepetibles e irrecuperables, y que tenemos la gran responsabilidad de rentabilizarlos, exprimirlos para sacarles todo el jugo, y VIVIR cada uno de sus segundos con la consciencia despierta y atenta.
No deberíamos dormir sin haber hecho un balance de lo que ha sido el día y, de vez en cuando, de lo que ha sido y está siendo nuestra vida. De dónde estamos, de quiénes somos, de qué modo estamos usando esta vida, de cómo nos comportamos… hay tantas cosas que requieren nuestra atención…
¿He estado TODO YO consciente durante TODO el día? No hace falta que busques la respuesta, ya te la doy yo: NO.
Lo que vives es tu vida y parece que no estás muy presente en ella. En este día ha estado tu cuerpo, tu mente, has atendido las obligaciones y las responsabilidades de tu personaje, pero… ¿dónde has estado TÚ?
¿Durante cuánto tiempo has sido consciente de “SOY YO Y ESTOY AQUÍ Y AHORA”?
Tus diferentes personajes ocupan el tiempo de TU vida; cada uno tiene sus cosas que hacer y sus momentos en los que manifestarse. Tienen que hacerlo porque te son necesarios para manejarte por este mundo tal como está organizado, pero… ¿cuánto de todo ese tiempo has reservado para TI?
Hay que preguntarse a menudo ¿qué estoy haciendo con mi vida?, pero sin frustración previa, sin prejuicio y sin que haya un reproche en la pregunta ni una acusación implícita en ella.
Hay que hacerlo desde la amabilidad y la pretensión de hacer cada vez mejor las cosas. Con cariño. Para tratar de evitar que se nos acumulen días vacíos de esos que conforman vidas vacías.
Hay que dejar de tenerse miedo a uno mismo, a esos reproches tan duros y secos con los que nos golpeamos cuando comprobamos que el día se ha ido entre las responsabilidades y las obligaciones, acelerados y sin enterarnos, enojados, o se ha ido en la vagancia más absoluta, en la desatención que no aporta y sí resta, en un vivir sin VIVIR.
El inventario del final de cada día ha de servir para comprobar las cosas que se pueden modificar porque realmente nos gustaría que fuesen de otro modo, lo que vamos a convertir en un firme propósito a partir de ahora mismo, lo que no queremos que se repita… o sea, un revisión de nuestro Plan de Vida en el que hacer las modificaciones necesarias para ir puliéndolo a nuestro gusto.
Y también ha de ser una felicitación por los logros conseguidos, por las sonrisas que hemos disfrutado, por los placeres, los encuentros agradables, por las veces que nos hemos sentido satisfechos de nosotros…
Y entonces es el momento de hacer una limpieza de la mente y predisponerla para un merecido descanso, con una sonrisa de satisfacción, porque mañana comienza otro día en nuestra vida y vamos a estar concienciados para hacer todo lo posible para que sea mejor y para ser mejores.
¡Que así sea!
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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