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 Historias de Luz y Sabiduria (2)

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MensajeTema: EL REY Y SUS CUATRO ESPOSAS   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeMiér 27 Ene 2010, 10:28 am




EL REY Y SUS CUATRO ESPOSAS

Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. El amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba de ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Solo le daba lo mejor. También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro. También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.

La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, el no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, él apenas se fijaba en ella.

Un día el rey se enfermó y se dio cuenta que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: “Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera estaré solo”.

Así que le preguntó a su cuarta esposa: “Te he amado mas que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?”, ¡Ni pensarlo!, Contestó la cuarta esposa y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso.

El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

¡NO! Contestó su tercera esposa. ¡La vida es demasiado buena! ¡Cuando mueras, pienso volver a casarme!. Su corazón experimento una fuerte sacudida y se puso frío. Entonces preguntó a su segunda esposa: “Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera. ¿Estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía? ¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!” Contestó la segunda esposa. “Lo que puedo hacer por ti es enterrarte”. Su respuesta vino como un relámpago que devastó al rey.

Entonces escucho una voz: “Me iré contigo y te seguiré dondequiera que vayas”. El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría desnutrición. Profundamente afectado, el monarca dijo: ¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!



En realidad todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.

Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos. Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros. Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro. Y nuestra primera esposa es el alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará dondequiera que vayamos. ¡Así que cultívala, fortalécela y cuídala ahora! Es el más grande regalo que puedes ofrecerle al mundo. ¡Hazla brillar!
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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeMiér 20 Ene 2010, 9:22 pm


ANGELES DE UN ALA

Un día un ángel se arrodilló a los pies de Dios y habló:
"Señor, visité toda tu creación. Estuve en todos los lugares. Vi que eres parte de todas las cosas. Y por eso vine hasta Ti Señor para tratar de entender.
¿Por qué cada una de las personas sobre la tierra tiene apenas un ala?
Los ángeles tenemos dos. Podemos ir hasta el Amor que el Señor representa siempre que lo deseamos. Podemos volar hacia la libertad siempre que queramos. Pero los humanos con su única ala no pueden volar. No podrán volar con apenas un ala..."

Dios respondió:
"Sí, ya se eso". "Sé que hice a los humanos solamente con un ala..."
Intrigado el ángel quería entender y preguntó:

"¿Pero, por qué el Señor dio a los hombres solamente un ala cuando son necesarias dos alas para que puedan volar?"
Sin prisa, Dios respondió:
"Ellos si pueden volar, mi ángel. Di a los humanos una sola ala para que ellos pudiesen volar más y mejor que nuestros Arcángeles....
Para volar, mi pequeño amigo, tú precisas de tus dos alas...
Y aunque libre, tú estas solo... Mas los humanos...
Los humanos con su única ala precisarán siempre dar las manos a alguien a fin de tener sus dos alas. Cada uno ha de tener un par de alas...
Cada uno ha de buscar su segunda ala en alguien, en su hermano, en su prójimo, "en algún lugar del mundo"... para que se complete su par.
Así todos aprenderán a respetarse y a no quebrar la única ala de la otra persona porque pueden estar acabando con su oportunidad de volar.
Así mi ángel, ellos aprenderán a amar verdaderamente a la otra persona...
Aprenderán que solamente permitiéndose amar, ellos podrán volar.
Tocando el corazón de otra persona, ellos podrán encontrar el ala que les falta y podrán finalmente volar.
"Solamente a través del amor podrán llegar hasta donde estoy...

Así como lo haces Tú, mi ángel. "Ellos nunca, estarán solos al volar."


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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeJue 07 Ene 2010, 7:00 pm

LA META



Hace algunos años, en los paraolímpicos de Seattle, nueve concursantes, todos con alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de salida para correr los 100 metros planos.

Al sonido del disparo todos salieron, no exactamente como bólidos, pero con gran entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar.

Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dió dos vueltas y empezó a llorar.

Los otros ocho oyeron al niño llorar, disminuyeron la velocidad y voltearon hacia atrás. Todos dieron la vuelta y regresaron... todos.

Una niña con Síndrome de Down se agachó, le dio un beso en la herida y le dijo: "Eso te lo va a curar".

Entonces, los nueve se agarraron de las manos y juntos caminaron hasta la meta.

Todos en el estadio se pusieron de pie, las porras y aplausos duraron varios minutos. La gente que estuvo presente aún cuenta la historia. ¿Por qué? Porque dentro de nosotros sabemos una cosa: lo importante en esta vida va más allá de ganar nosotros mismos. Lo importante en esta vida es ayudar a ganar a otros, aun cuando esto signifique tener que disminuir la velocidad o cambiar el rumbo.


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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeVie 01 Ene 2010, 9:24 pm

LAS MIL CANICAS



Entre más envejezco, más disfruto de las mañanas de sábado. Tal vez es la quieta soledad que viene con ser el primero en levantarse, o quizá el increíble gozo de no tener que ir al trabajo. De todas maneras, las primeras horas de un sábado son en extremos deleitosas.

Hace unas cuantas semanas, me dirigía hacia mi equipo de radioaficionado en el sótano con una humeante taza de café en una mano y el periódico en la otra. Lo que comenzó como una típica mañana de sábado se convirtió en una de esas lecciones que la vida parece darnos de vez en cuando.

Déjenme contarles...

Sintonicé mi equipo de radio a la porción telefónica de mi banda para entrar en una red de intercambio de sábado en la mañana. Después de un rato, me topé con un compañero que sonaba un tanto mayor, con buena señal y voz. Pueden imaginarse al tipo, sonaba como si estuviese en el negocio de las comunicaciones. Él le estaba diciendo a quien estuviese conversando con él algo acerca de "unas mil canicas".

Quedé intrigado y me detuve para escuchar lo que tenía que decir. "Bueno, Tom, de veras que parece que estás ocupado con tu trabajo. Estoy seguro de que te pagan bien pero es una lástima que tengas que estar fuera de casa y lejos de tu familia tanto tiempo. Es difícil imaginar que un hombre joven tenga que trabajar sesenta o setenta horas a la semana para sobrevivir. Qué triste que te perdieras la presentación teatral de tu hija". Continuó: "Déjame decirte algo, Tom, algo que me ha ayudado a mantener una buena perspectiva sobre mis propias prioridades". Y entonces fue cuando comenzó a explicar su teoría sobre unas "mil canicas".

"Ves, me senté un día e hice algo de aritmética. La persona promedio vive unos setenta y cinco años. Yo sé, algunos viven más y otros menos, pero en promedio, la gente vive unos setenta y cinco años". "Entonces, multipliqué 75 por 52 y obtuve 3.900 que es el número de sábados que la persona promedio habrá de tener en toda su vida. Mantente conmigo, Tom, que voy a la parte importante".

"Me tomó hasta que casi tenía cincuenta y cinco años pensar todo esto en detalle", continuó, "y para ese entonces ya había vivido más de dos mil ochocientos sábados. Me puse a pensar que si llegaba a los setenta y cinco, sólo me quedarían unos mil más que disfrutar": "Así que fui a una tienda de juguetes y compré cada canica que tenían. Tuve que visitar tres tiendas para obtener 1.000 canicas. Las llevé a casa y las puse dentro de un gran envase plástico claro junto a mi equipo de radioaficionado. Cada sábado a partir de entonces, he tomado una canica y la he botado".

"Descubrí que al observar cómo disminuían las canicas, enfocaba más sobre las cosas verdaderamente importantes en la vida. No hay nada como ver cómo se te agota tu tiempo en la tierra para llevarte a ajustar tus prioridades".

"Ahora déjame decirte una última cosa antes que nos desconectemos y lleve a mi bella esposa a desayunar. Esta mañana, saqué la última canica del envase. Me di cuenta que si vivo hasta el próximo sábado, entonces me habrá sido dado un poquito de tiempo adicional. Y si hay algo que todos podemos usar es un poco más de tiempo".

"Me gustó conversar contigo, Tom, espero que puedas estar más tiempo con tu familia y espero volver a encontrarnos aquí en la banda, el hombre de 75 años, este es K9NZQ, cambio y fuera, ¡buen día!"

Uno pudiera haber oído un alfiler caer en la banda cuando este amigo se desconectó. Creo que nos dio a todos bastante sobre lo que pensar. Había planeado trabajar en la antena aquella mañana, y luego iba a reunirme con unos cuantos radioaficionados para preparar la nueva circular del club. En vez de aquello, subí las escaleras y desperté a mi esposa con un beso.

"Vamos, querida, te quiero llevar a ti y los muchachos a desayunar fuera".

"¿Qué mosca te picó?" Preguntó sonriendo. "Oh, nada; es que no hemos pasado un sábado juntos con los muchachos en mucho tiempo. Ah, ¿pudiésemos parar en la tienda de juguetes mientras estamos fuera? Necesito comprar algunas canicas".


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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeJue 26 Nov 2009, 12:55 pm

Historias de Luz y Sabiduria  (2) Historia020 Historias de Luz y Sabiduria  (2) W394

LOS 3 VIEJECITOS

Una mujer salió de su casa y vio a tres viejecitos de largas barbas sentados frente a su jardín.

Ella no los conocía y les dijo:

No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.

Ellos preguntaron: ¿Está el hombre de la casa?

No - respondió ella -, no está.

Entonces no podemos entrar -dijeron ellos.

Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.

¡Entonces diles que ya llegué invítalos a pasar!

La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.

No podemos entrar a una casa los tres juntos explicaron los viejecitos.

¿Por qué? - quiso saber ella.

Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:

Su nombre es Riqueza. Luego indicó hacia el otro Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor.

Ahora ve adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres ustedes desean invitar a vuestra casa.

La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron.

El hombre se puso feliz:

¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que entre y llene nuestra casa de riqueza.

Su esposa no estuvo de acuerdo:

Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?

La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo con una idea:

¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor

Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer, ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped.

La esposa salió y les preguntó a los tres viejecitos:

¿Cuál de ustedes es Amor?

Por favor que venga para que sea nuestro invitado.

Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron.

Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y Éxito:

Yo sólo invité a Amor, ¿por qué ustedes también vienen?

Los viejecitos respondieron juntos:

Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos con él.

Donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito.
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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeSáb 31 Oct 2009, 7:45 pm




un árabe llamado Ahab

Cuenta una vieja leyenda que cierta ciudad, situada entre las montañas de los Pirineos, era un verdadero reducto de traficantes, contrabandistas, y exiliados.

El peor de estos criminales, un árabe llamado Ahab, tras ser convertido por Savín, un monje del lugar, decidió que aquella situación no podía prolongarse por más tiempo.

Como todos lo temían, pero no quería volver a usar su reputación de malvado para lograr sus objetivos, en ningún momento intentó convencer a nadie.

Y esto, porque conocía la naturaleza de los hombres: confundirían honestidad con debilidad, y, enseguida, su poder sería puesto en entredicho.

Lo que hizo fue llamar a algunos carpinteros de una aldea vecina, darles un papel con un dibujo, y mandarles a que construyesen algo.

Día y noche, durante diez días, los habitantes de la ciudad escucharon ruido de martillos, vieron a hombres serrando piezas de madera, preparando encajes, colocando tornillos.

Al cabo de diez días, el gigantesco rompecabezas estaba montado en medio de la plaza, cubierto con un velo.

Ahab llamó a todos los habitantes para que presenciasen la inauguración del monumento.

Solemnemente, sin ningún tipo de discurso, descorrió el velo.

Era una horca.

Con cuerda, trampilla, y todo.

Nuevecita, cubierta con cera de abejas para que pudiese resistir durante mucho tiempo a la intemperie.

Aprovechando que allí habia una multitud aglomerada, Ahab leyó una serie de leyes que protegían a los agricultores, incentivaban la cría de ganado, premiaban a quien trajera nuevos negocios a la región, añadiendo que, desde ese momento en adelante, todos deberían conseguir un trabajo honrado, o marcharse de la ciudad.

No mencionó ni una sola vez el 'monumento' que acababa de inaugurar.

Ahab era un hombre que no creía en las amenazas.

Al final del encuentro, se formaron varios grupos.

A la mayoría le parecía que Ahab había sido engañado por el santo, el cual ya no tenía la misma valentía de antaño, y que era preciso matarlo.

Durante los días siguientes se trazaron muchos planes con ese objetivo.

Pero todos se veían obligados a contemplar esa horca en mitad de la plaza y se preguntaban:

- "¿Para qué la puso allí?

Acaso la montaron para ejecutar a los que no obedezcan las nuevas leyes?

- ¿Quién está del lado de Ahab y quién no lo está?

- ¿Hay espías infiltrados entre nosotros?"

La horca miraba a los hombres y los hombres miraban la horca.

Poco a poco, el coraje inicial de los rebeldes fue dando lugar al miedo.

Todos conocían la fama de Ahab, sabían que era implacable en sus decisiones.

Algunas personas abandonaron la ciudad, otras se decidieron a probar los trabajos sugeridos, simplemente porque no tenían a dónde ir, o como consecuencia de la sombra de aquel instrumento de muerte en el centro de la plaza. Algún tiempo después, el lugar estaba en paz, se convirtió en un importante foco de comercio en la frontera, comenzó a exportar la mejor lana, y a producir trigo de primera calidad.

La horca permaneció allí durante diez años.

La madera resistía bien, pero, periódicamente, se cambiaba la cuerda por otra nueva. Nunca llegó a usarse.

Nunca Ahab pronunció ni una sola palabra sobre ella.

Bastó su imagen para convertir el valor en miedo; la confianza, en sospecha; las bravuconadas, en susurros de conformidad. Transcurridos los diez años, cuando la ley finalmente imperaba en Viscos, Ahab mandó destruirla y construir, en su lugar, una cruz.

PAULO COELHO
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MensajeTema: Los Clavos   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeJue 29 Oct 2009, 10:57 am

LOS CLAVOS

Érase una vez un joven con un carácter peculiarmente violento.

Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que clavara un clavo en la cerca del jardín cada vez que perdiera la paciencia y se peleara con alguien.

El primer día, llegó a clavar 37 clavos en la cerca.

Durante las semanas siguientes aprendió a controlarse, y el número de clavos colocados en la cerca disminuyó día tras día: había descubierto que era más fácil controlarse que clavar clavos.

Finalmente, llego el día durante el cual el joven no clavó ningún clavo en la cerca. Entonces fue a ver a su padre y le dijo que había conseguido no clavar ningún clavo durante todo el día.

Su padre le dijo entonces que quitara un clavo de la cerca del jardín por cada día durante el cual no hubiera perdido la paciencia.

Los días pasaron y finalmente el joven pudo decirle a su padre que había quitado todos los clavos de la cerca.

El padre condujo entonces a su hijo delante de la cerca del jardín y le dijo:

- "Hijo mío, te has portado bien, pero mira cuantos agujeros hay en la cerca del jardín. Esta ya no será como antes. Cuando te peleas con alguien y le dices algo desagradable, le dejas una herida como esta. Puedes acuchillar a un hombre y después sacarle el cuchillo, pero siempre le quedara una herida.

Poco importa cuantas veces te excuses, la herida verbal hace tanto daño como una herida física.

Los amigos son joyas raras, te hacen reír y te animan. Siempre están dispuestos a escucharte cuando lo necesitas, te sostienen y te abren su casa."


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MensajeTema: EL VALOR DE UNA SONRISA   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeSáb 03 Oct 2009, 11:00 am

EL VALOR DE UNA SONRISA


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Había una vez un hombre junto al camino que se sentía totalmente abatido.
Un caminante lo vio y le sonrió.
Para aquel hombre que había perdido toda esperanza y se sentía abandonado, aquella sonrisa le causó un tremendo efecto.
El pensamiento mismo de que había alguien que le mostraba afecto al mirarle con aquella sonrisa, le dio nuevos ánimos.
En aquel momento, recordó a un amigo que no había visto desde hacía tiempo, y le escribió una carta para anunciarle que lo visitaria pronto.
El amigo estaba tan feliz al recibir aquella carta que le dio diez rupias a una mujer pobre que vivía cerca.
La mujer compró un número de lotería con aquel dinero. Y mira por dónde, ¡ganó el primer premio!
Cuando volvía a casa con el dinero del premio, vio a un pordiosero enfermo que yacía en medio de la calle.
Entonces pensó: "Gracias a Dios he recibido este golpe de suerte.
Voy a utilizar algo de ese dinero en ayudar a este pobre hombre." Llevó al hombre al hospital y pagó su tratamiento.
Cuando el pordiosero salió del hospital, vio a un cachorro abandonado que tenía frío y hambre, y apenas podía caminar. El cachorro lloraba lastimosamente y el pordiosero se sintió conmovido.
Levantó al cachorro, lo envolvió en una pieza de tela y encendió un pequeño fuego junto al camino para que se calentara.
Compartió su comida con el pequeño perro, que tras estos cuidados enseguida recuperó su fuerza.
El cachorro siguió al pordiosero.
Aquella noche, el hombre paró enfrente de una vivienda preguntó si podría pasar allí la noche.
a familia permitió que el pordiosero y el pequeño perro durmieran en el porche. Durante la noche, el pordiosero y las personas que vivían en la casa se despertaron por los incesantes ladridos del cachorro.
Descubrieron que la casa estaba en llamas, casi a punto a afectar a la habitación del bebé.
En el último instante, pudieron rescatar al niño y, todos unidos, pudieron apagar el fuego.
Vemos como una buena acción conduce a otra.
Al dar refugio al mendigo y a su perro se salvó la familia.
El niño creció y llegó a la santidad. Innumerables personas encontraron alegría y paz a través de su cercanía con aquel santo.

Si analizamos esta historia, veremos que todas estas obras buenas se originaron en la sonrisa de una persona. Aquella persona no gasto ni una mísera moneda, todo lo que hizo fue sonreír a un hombre que se encontró en la calle.
Y aquella sonrisa afectó a la vida de mucha gente..
Aquella única sonrisa iluminó la vida de los demás.
Incluso las cosas más pequeñas que hagamos por los otros, pueden aportar una gran transformación social.
Puede que no seamos conscientes de ello en ese momento, pero cada buena obra otorga sus frutos.
Por tanto, deberíamos asegurarnos de que hacemos cada acción de un modo que beneficie a los demás.
Incluso una sonrisa tiene un inmenso valor. Y una sonrisa no nos cuesta nada.
Nadie es una isla solitaria. Todo vivimos unidos como los eslabones de una cadena.
Seamos conscientes de ello o no, incidimos en los demás con nuestras acciones.
Los cambios que se produzcan en un individuo, se reflejarán en otras personas.


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MensajeTema: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitimeMiér 02 Sep 2009, 1:03 pm

DISCRIMINACION



La fuente de este relato asegura que se trató de un hecho verídico, que sucedió en un vuelo de una reconocida línea aérea, entre Johannesburgo y Londres.

Una señora blanca de unos cincuenta años se sienta al lado de un negro. Llama a la azafata para quejarse:

- ¿Cuál es el problema, señora? -pregunta la azafata.

- Pero, ¿no lo ve? -responde la señora-. Me colocó al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos "inmundos". Deme otro asiento.

- Por favor, cálmese -dice la azafata-. Casi todos los lugares de este vuelo están tomados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera.

La azafata se apura y vuelve unos minutos después.

- Señora -explica- como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase económica. Conversé con el comandante y me confirmó que tampoco hay lugar en ejecutiva. Pero sí tenemos un lugar en primera clase.

Antes que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó.

- Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en económica, pero dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona tan execrable...

Y, diciendo eso, la azafata mira al negro y dice:

- Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.

Y todos los pasajeros alrededor, que acompañaron la escena, se levantaron y aplaudieron por la actitud de la compañía.

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MensajeTema: Re: Historias de Luz y Sabiduria (2)   Historias de Luz y Sabiduria  (2) Icon_minitime

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