¡QUÉ DIFÍCIL ES AMARSE A VECES!
En mi opinión, es muy posible que hayamos expresado esta idea –con otras palabras o con estas mismas- porque es un sentimiento común que podemos vivir en algunos momentos de nuestra vida.
Todos nos hemos sentido decepcionados con nosotros mismos en algunas ocasiones, esas en las que nuestros proyectos no se materializaron, en que no hemos obrado correctamente, en que hemos daño a otro, en que todo nos sale mal.
No siempre asistimos conscientemente a ese monólogo interno que se produce tras cada conflicto, pero la pregunta –que es terrible- explota dentro de nosotros y resulta arrasadora… ¿cómo voy a poder amarme después de esto?, ¿cómo voy a amarme con lo que soy?, ¿cómo amarme si no me doy motivos, si no hago más que equivocarme?
Y es cierto, hay mucha razón en eso de que es complicado amar a una persona que, aparentemente, no da motivos para ser amado… pero… esto no es así. No es cierto. Posiblemente, lo que es complicado de amar es lo que ha hecho esa persona, PERO LO QUE HA HECHO LA PERSONA NO ES LA PERSONA.
Y si eres capaz de separarte de tus actos, de separar la persona de los hechos, te será más fácil y más deseable amarte.
No eres exclusivamente tus errores.
Eso son cosas accidentales, temporales, a las que no les tienes que adjudicar más valor que el de una experiencia que no dio los resultados deseados, nada más. No es necesario añadirle un drama que no tiene. No es necesario que tras cada acción fallida tenga que aparecer una retahíla de reproches, una manada de castigos, o una mala cara que asustaría a cualquier espejo.
Tras cada motivo de esos que solemos usar para desamarnos sólo queda la opción de volver a empezar.
Cada vez y por muchas veces que sean.
Somos la única materia prima de la que disponemos así que no podemos cambiarnos por otro.
Sí podemos –y debemos- ir haciendo las modificaciones necesarias que nos acerquen más a poder sentiros a gusto con nosotros, satisfechos, en paz.
Cada vez hay que recuperarse de la desilusión y cada vez tener abiertos los brazos de acogernos, y cada vez puesta la sonrisa de bienvenida, el corazón mullido en el que curarse y descansar, y cada vez renacer nuevamente con todo el ímpetu y las ganas para seguir adelante de nuevo, un poco más sabios, igual de entusiasmados.
Somos nosotros quienes hacemos fácil o difícil reconciliarnos de nuevo tras cada aparente fracaso. Ser muy conscientes de nuestras circunstancias y limitaciones nos ayudará a que sea más sencillo.
No somos perfectos y posiblemente lleguemos a la muerte sin llegar a serlo. Y esto no es una tragedia sino la pura realidad. Aceptarlo así, admitiendo que no todo va a salir siempre como deseamos, que no en todos los casos las cosas van a ser a nuestro gusto, y reconocer que no siempre nos saldrán las cosas tal como las deseemos sin que eso sea un problema, nos ayudará a ser más realistas y a vivir las cosas con menos drama.
El Amor Propio, o sea el amor a uno mismo, es un objetivo primordial para quien no lo tenga o no lo sienta.
Es la base sobre la que podemos reconstruirnos con realismo.
Es la fuerza que nos va a animar.
Incluye el ánimo que nos va a sacar de más de un apuro.
Contiene las reservas de amor que vamos a precisar en más de una ocasión.
El Amor Propio somos nosotros mismos en nuestra mejor versión.
Con Amor Propio no es difícil amarse.
Esto sugiere que nos enamoremos de nosotros mismos y que nos amemos.
A pesar de todo.
Te recomiendo ver este video:
https://www.youtube.com/watch?v=pBDrLCtSR6g
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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