Yo no soy aunque lo parezca, ningún doctor en estos menesteres, tengo la gran fortuna de haber conocido a muchas mujeres, y ellas con su generosidad, siempre me han enseñado algo, y es por eso que me tomo la libertad de poner mis opiniones, y tambien recoger las de algunos otros, que como yo adoramos a quien tiene la paciencia y la consideración de aguantarnos.
Puede que esté de algún modo equivocado, pero no creo estar muy alejado, de la realidad de las cosas que aqui estoy comentando, creo que enrealidad no disfrutais por miedo ser juzgadas, esa es la cuestión. Mujeres libertinas o devotas, todas (o casi todas) sueñan despiertas, y dormidas, pero la mayoría de las veces no se atreven a pedirle a su pareja que materialice sus deseos, reduciéndolos a simples fantasías.
Cada vez son más, las mujeres que se atreven a ir más allá en la cama, ya sea porque se sienten insatisfechas, aburridas, o simplemente por curiosidad. Pero cuidado, las fantasías eróticas femeninas no siempre coinciden con las de las nuestras: las primeras se centran más en las emociones y sentimientos que sienten hacia su pareja, prima el aspecto emotivo. El sujeto de la fantasía suele ser una persona con la que ya exista algún vínculo (marido, pareja, amigo, conocido, compañero de trabajo o deporte). La trama es más lenta y el placer no está necesariamente asociado al orgasmo sino a la atmósfera que se crea, al contrario que nosotros, que somos menos racionales, mas animales en el sentido tácito de la palabra, encontramos placer, en la simple visión de vuestro cuerpo desnudo, en el roce de un seno, muchas veces con un simple roce aparentemente inofensivo, o en el pensamiento del acto sexual en sí. Otra cuestión es el conservadurismo del sexo femenino: las mujeres que se toman demasiado a sí mismas en serio, corren el riesgo de ser víctimas de sus propias críticas, e incluso cuando se trata de fantasías, no son capaces de manisfestarlas.
¿Por qué os cuesta tanto mostraros tal y como sois?
En primer lugar, creo que es por lo que vuestra pareja pueda pensar. Este se podría sorprender (positiva o negativamente) de las inusuales peticiones de su chica, que le muestra de repente una cara hasta ese momento desconocida.
En segundo lugar, alguna cree estar convencida, que dicha conducta, le pueda parecer a su pareja, que tiene una extraña desviación sexual. No hay que tener miedo, no se trata de una perversión. Al contrario. Lo mejor es dejar a un lado la timidez y la exigencia, y ser “fantasiosas” de vez en cuando. Porque eso ayuda a vivir mejor la sexualidad, ampliando el repertorio sexual y, al mismo tiempo, permitiendo tomar conciencia de lo que os excita o agadra.
Más fantasías durante la ovulación.
Las mujeres suelen dar rienda suelta a la ardiente imaginación en un momento concreto del mes. ¿Cuál? Durante los tres días de ovulación (al 14º día del ciclo menstrual), es decir, cuando la mujer es más fértil.(Aunque no a todas). Al parecer, en estos días, una gran mayoría de ellas, se muestran mas receptivas y excitables de lo normal, y el número de fantasías eróticas, aumentaría de manera considerable. Lamento mucho, que los hombres en eso tengamos poco o nada de culpables, y sean las hormonas, las responsables de este cambio, pasando de fantasías pasionales a picantes. De hecho, en el cuerpo femenino, la testosterona actúa sobre el cerebro, aumentando el deseo sexual y la excitación mental.
¿Qué es lo que no te atreves a pedir?.
En el arte del amor, una mujer nunca deberá de juzgarse, y mucho menos consentir en ser juzgada, muchas fantasías acaban siendo meras “evasiones de la realidad”, que se podrían materializar, si hubiera una mayor compenetración y sinceridad en la pareja. Los hombres, somos por naturaleza un poco cortos, ya en muchas ocasiones hasta diría yo "retrasados", no es fácil entenderos, sobre todo, cuando algunas fantasías eróticas, parece que nos desmerecen o nos acomplejan. Algunas veces esas fantasías secretas, se muestran en vuestro rostro, solo con una sonrisa.
Quiero tambien hacer mención, a las fantasías eróticas más frecuentes entre las mujeres.(Aunque muchas lo negarán).
Sexo con público.
Vivir la emoción de tener sexo delante de espectadores. Conscientes de su papel, a las mujeres os gusta sentiros deseadas, habeis nacido para ello, y fantaseais sobre cómo sería un encuentro sexual con gente delante. Dejando de lado la parte reality show, prima por encima de todo es el exhibicionismo, una mujer que está contenta, no lo disimula aunque podría, pero no quiere, le gusta gustar, le gusata agradar, le gusta proclamar.
No te conozco pero tómame aquí y ahora, eso todas lo han pensado en alguna ocasión.¿Verdad?.
Un encuentro fortuito con un desconocido visto en la calle, o en una cafetería, incluso en pleno día. Atraídas por el misterio, vivir una aventura de este tipo, incluso si se tiene pareja, es una de las cosas con las que las mujeres sueñan despiertas. No se debe tener miedo: en la realidad, se traduce en una infidelidad de palabra, dado que son raros los casos en los que una mujer admite haber tenido sexo con un desconocido, al que ha encontrado por casualidad sin haberlo buscado. Esta trasgresión suele deberse a la monotonía: un momento de libertad, la fantasía de vivir un pequeño paréntesis sin consecuencias… Para muchas mujeres, fantasear con un protagonista desconocido sirve para añadir un poco de pimienta a una relación larga de pareja, pero ojo, algunos no podríamos entenderlo.
Stripper por una noche.
Reinas y actrices protagonistas de lo que se pone en escena: ¿qué mejor papel que el de la stripper agresiva, decidida, pasional, que sabe bien lo que quiere? Las mujeres sueñan con exhibirse haciendo un striptease sexy, improvisado, imitando a Kim Basinger en la escena de culto de la película “Nueve semanas y media” o al estilo burlesque. Lencería sugestiva que deje poco espacio a la imaginación, un poco de insinuación, y el éxito de este provocativo juego está asegurado, y a algunos como es mi caso, eso se agradece enormemente.
La geisha que consiente.
La mujercita que pone a su compañero en el centro del universo, e interpretar en papel de la geisha sumisa por una noche, les gusta a muchas mujeres. Se imaginan satisfaciendo los deseos de su compañero como un amante fogoso, gozando viéndolo gozar. Masajes, ojos seductores, largos preliminares y un silencio roto por palabras llenas de erotismo.
De sumisa a dominadora.
Otras tambien fantasean con ser dominadoras no está mal, pero que no se nos olvide, que ellas siempre dominar en la cama, así como en toda nuestra vida, aunque despues no queramos reconocerlo delante de nuestros amigos. A muchas mujeres, les excita la idea de tener el control y el poder sobre el hombre mientras tienen sexo. Es verdad que la mujer, en el papel de dominadora, juega con el otro. Pero al hombre, ni siquiera al más viril, le molesta que por una vez sea ella quien tome la iniciativa. Adiós a la mujer sumisa. Tacones de aguja y una atmósfera digna de una película porno. La dominación femenina no solo tiene que ver con prácticas sexuales extremas o como castigo para los hombres, pero tampoco se puede transformar, en una lucha de poder que se refleja debajo de las sábanas.
El vecino sexy.
A algunas tambien las escita, la sola fantasía con que el vecino sexy, con el que se cruza en el descansillo, aquel que no le hace ni caso o como mucho le dedica un mirada, fantasea con que la posea de improviso contra la paredes del ascensor o le meta mano por debajo de la falda, estando con gente en ese pequeño recinto como es es la cabina reducida del ascensor, sintiendo ese estremecimiento de la adolescente inquieta y revoltosa, (por lo general, en las fantasías femeninas, las mujeres llevan falda para una mayor comodidad), le acaricie las nalgas y se las apriete hasta hacerle perder el aliento. Todo en un visto y no visto…
A algunas, les gustaría probar con otra mujer, pero por pudor omvergüenza no se atreven.
Las mujeres son cada vez más abiertas sexualmente y mentalmente hasta el punto de que entre las fantasías más populares está el tener un encuentro lésbico. Un encuentro sensual, más que sexual, que no esconde la homosexualidad, sino como mucho, ganas de ternura y complicidad. La fantasía erótica consiste sobre todo en un contacto de labios o el acariciar un pecho… Aquí también entran en juego el factor curiosidad, la variedad, las ganas de experimentar nuevos horizontes, tocar formas voluptuosas con la ventaja de conocer bien el cuerpo y las zonas erógenas.
Hacerlo en el agua.
Antes estaban los besos bajo el agua, pero ahora las mujeres van mucho más allá. Algo no especialmente complicado pero sí muy excitante: en verano sueñan sobre todo con hacerlo a pocos pasos de la orilla mientras que en invierno la escena transcurre en una cómoda bañera de hidromasaje de un Spa. El miembro de él que roza las partes íntimas de ella en una creciente excitación, que se culmina con una penetración bajo el agua. La curiosidad es todavía mayor gracias a la dificultad del juego. Regla 1: no cambiar la expresión de la cara; regla 2: no jadear; regla 3: fingir indiferencia ante los ojos de los bañistas, ajenos a los que sucede debajo del agua.
Muchas tambien, piensan que dos hombres, son mejor que uno.
La mayor fantasía erótica de algunas mujeres, es hacerlo con dos hombres. Una pequeña orgía que oculta significados profundos: aunque por una parte se trate solo de ganas de probar algo diferente, por otra, puede entenderse como una compensación dentro de la pareja, para suplir una carencia de afecto, en otras es una venganza sibilina, en muchos casos porque el compañero ha tenido o tiene una aventura fuera de la pareja, y en otras para asi demostrarle que lo que creia suyo, tambien puede ser compartido, apreciado y deseado por otros.
Solo me queda apostillar, que en el arte del amor, no existen cosas de las que nos podamos sentir mal, siempre que entre ambos exista una complicidad y aceptación de las diversas formas y maneras, de llegar a donde uno pretenda llegar, y no por ello, nos tendremos que sentir humillados, o vejados en sus consecuciones.
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No vayas por donde el camino te lleve,
ve por donde no hay camino, y deja huella.