"Lo que no te mata, te hace más fuerte". Esta frase la decían nuestras abuelas nos animaban a echar al buche cualquier comida sin preocuparnos de que pudiera sentarnos mal. Pero los tiempos cambian y hay alimentos con los que conviene no jugársela. No solo pueden hacernos daño, sino que incluso pueden llegar a acabar con nuestras vidas.
Pez fugu.
La tetrodoxina que contiene este pez es potencialmente mortal para el consumidor. Por eso, solo determinados cocineros pueden preparar este pescado, original de Japón y considerado como una de las mayores delicias del mundo. Homer Simpson las pasaba canutas en un capítulo tras comerlo en un restaurante.
Pulpo vivo.
El sannakji es un plato típico coreano compuesto de pulpo vivo cortado en trozos pequeños y aliñado con sésamo. Hay que masticarlos bien para evitar que se peguen a la garganta porque existe riesgo de asfixia. Los más experimentados se los tragan enteros para así sentir cómo se retuercen mientras bajan por la garganta.
Casu marzu.
Este queso de la región de Cerdeña se prepara al aire libre con la intención de que la mosca Piophila Casei deje sus huevos en él y acelere la fermentación. El resultado es que, en el momento de degustarlo, aparecen larvas de 8 milímetros que también se comen. El resultado puede conducir, además de a una experiencia repulsiva, a una indigestión alimentaria severa.
Acrilamida.
Este compuesto orgánico, considerado cancerígeno, se puede formar al cocinar o procesar alimentos especialmente ricos en almidón como las patatas o los cereales. La acrilamida, presente también en el humo del tabaco, ha llevado a poner los cereales del desayuno o las patatas fritas bajo sospecha.
Fruta Ackee.
Considerada como la fruta nacional jamaicana, no reviste riesgo alguno para la salud cuando está madura. Sin embargo, ingerirla cuando está verde puede provocar mareos, debilidad, un descenso de azúcar en sangre e incluso la muerte. Ingrediente principal en muchos zumos tropicales, conviene vigilar que esté en su punto antes de utilizarla.
Hongos.
En temporada de setas, muchos aficionados se echan al monte, cesta en mano, para recoger una buena cantidad y darse un festín preparándolas a la plancha o al ajillo. Conviene recordar que muchas variedades son venenosas, por lo que hay que documentarse previamente sobre cuáles son las que se pueden comer y las que no. Aventurarse conlleva un enorme riesgo para la salud.
Cacahuete.
Este fruto seco es uno de los que tienen peor reputación. Es uno de los alimentos que mas alergias provoca en las personas. Según la Academia Estadounidense de las Alergias, el cacahuete provoca no pocas intolerancias, que van desde una intoxicación leve hasta la muerte. Hay que estar atento a los ingredientes que figuran en las cajas de cereales o de galletas, porque a veces pueden incluir trazas de este fruto seco.
Yuca.
Este delicioso tubérculo, muy utilizando en América Latina, debe lavarse de manera concienzuda antes de prepararse. Tiene un pequeño contenido en cianuro que, si no se elimina, puede llegar a ser tóxico. Los síntomas pueden ir desde mareos o leves dolores de cabeza a la muerte, en aquellos casos que no se atajen a tiempo.
El pez espada.
Está especialmente desaconsejado en las dietas de mujeres embarazadas y niños pequeños por su alto contenido en mercurio. Hay otros pescados, como el atún, cuyo consumo también conviene moderar por la elevada concentración de este metal pesado.
Pangium Edule.
Las semillas de esta fruta del sudeste asiático, presente en muchas recetas de países como Indonesia, contienen cianuro de hidrógeno, la misma sustancia que los nazis usaron para gasear a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Para hacerla comestible, la fruta se cuece o se macera durante semanas.
_________________
No vayas por donde el camino te lleve,
ve por donde no hay camino, y deja huella.