Actualmente, cuarentonas y cincuentonas se pasean en brazos de hombres jóvenes.
Un fenómeno que va en aumento desde hace algunos años. ¿Signo de los tiempos que vivimos, evolución o revancha contra los hombres? Desciframos el fenómeno con la psicoanalista France Schott-Billmann, autora de Féminin et l’amour de l’autre (Lo femenino y el amor del otro).
Hasta ahora, los hombres eran quienes solían echar el ojo a mujeres más jóvenes que ellos, normalmente en perjuicio de sus esposas. El fenómeno se ha invertido. Demi Moore (48 años), seguida de Madonna (53 años), Susan Sarandon (64 años), y ya más cerca, Susana Iribarri (44 años)... todas tienen en común una pareja, mucho más joven, y en general de muy buen ver.
Esta figura femenina, estigmatizada en la prensa inglesa con el término de mujer «puma» (cougar, entiéndase depredadora hambrienta de carne fresca), se disputa diferentes corrientes. ¿Revolución de las costumbres o simple revancha contra esos hombres que, ya maduritos, prefieren a las jovencitas? La psicoanalista France Schott-Billmann toma partido: «en el caso de la mujer, es una actitud próxima a un deseo inconsciente de asociar las dos formas de amor, el maternal y el erótico; madre y amante a la vez». Para acabar de una vez por todas con la escisión entre la madre y la prostituta, ampliamente aludida en psicología.
Las famosas solo representan la punta del iceberg, en realidad se trata de un cambio mucho más profundo. La prueba está en que el número de parejas entre cuyos miembros hay una gran diferencia de edad se ha duplicado a partir de los años 60. Un tercio de las mujeres con más de 40 años confiesa haber tenido relaciones con un «jovencito» (según un estudio publicado por la AARP, organización que aboga por los derechos de los mayores de 50 años).
¡Cuando los mitos se entrometen!
«Más que de una revancha, se trata de una manifestación de la auténtica naturaleza de las mujeres», celebra la psicoanalista. Se halla entre el deseo de ofrecer sus cuidados maternales, de educar y formar y el aspecto más erótico, cuya realización carnal está prohibida entre madre e hijo (o entre padre e hija). Una relación con un «joven apuesto», sustituto del hijo ya adulto, hace posible que esa fantasía se realice de forma socialmente aceptable. En el fondo, los grandes mitos nunca pasan de moda, los seguimos sin darnos cuenta, porque en ellos se asienta tanto nuestra historia, como nuestra psique. Al igual que el retorno del movimiento festivo indica que el mito Baco-Dioniso vuelve a caer en gracia, las mujeres que salen con hombres más jóvenes pueden hacernos pensar en un resurgimiento del arquetipo de la Diosa Madre, representada por Isis en Egipto, Ishtar en Mesopotamia, Afrodita en Grecia… Todas ellas enamoradas de una pareja masculina, más joven, más frágil y, además, mortal.
Más que de a una revancha, asistimos a una liberación, «una ruptura con el esquema tradicional del hombre que debe proteger a la mujer y hacer que se sienta segura», añade la psicoanalista. En general, las mujeres que salen con hombres más jóvenes suelen sentirse bastante realizadas en los terrenos tanto profesional como físico… A la conquista de la independencia económica, se añade la libertad de escoger y rechazar ciertas prohibiciones. Por supuesto, en ningún caso debe considerarse el fenómeno como una prescripción a seguir sin reservas. Para algunas de esas mujeres, el hecho de exhibir su atractiva conquista masculina como otro de sus tantos atributos de poder no es nada despreciable.
Una oportunidad para subir la autoestima
Si en tu entorno dispones de algún ejemplo de este tipo de parejas, has debido darte cuenta de que, con el paso del tiempo, la famosa diferencia de edad tiende a desvanecerse. O lo que es lo mismo, ella rejuvenece y él recibe un plus de madurez. Resultado: lo que en teoría puede hacer que más de uno se escandalice, en la práctica resulta menos sorprendente. Causas: «la visión que los demás tienen de nosotros nos define, es un espejo mágico», explica France Schott-Billmann. Por ello, este tipo de relaciones influye en nuestro aspecto físico y nuestro estado de ánimo. Al final, ¡pasamos la mayor parte del tiempo asombrados con esa diferencia de edad que tanto da que hablar, pero que no siempre salta a la vista!
Cierto es que el cuadro no resulta del todo idílico y que los motivos no siempre están claros. Para algunos, la huida hacia delante, del paso del tiempo, no siempre puede ocultarse. Ni que decir tiene que si la unión esconde el miedo a envejecer, el tiempo ya se encargará de dejar su huella.
¡Riesgos que hay que asumir!
Claro que las lenguas viperinas disfrutan diciendo que las mujeres que salen con hombres más jóvenes acabarán por perderlo todo precisamente cuando el tiempo haya pasado y su bello hidalgo decida emprender el vuelo en busca de nuevos horizontes. En realidad, la cuestión no se plantea en tales términos… El amor poco tiene que ver con la estética, la edad o la posición social. Se trata sobre todo de un encuentro. Así que, sí, el riesgo de ruptura es alto. ¿Mayor que para otras parejas? ¡Eso habría que probarlo! «Si hay hijos de por medio o un proyecto de vida más allá del simple hecho de estar en pareja o cualquier otra cosa que se haya construido en común, el riesgo es menor», precisa France. Un consejo válido para cualquier pareja que aspira a soñar y a compartir, hoy más que nunca. A este respecto, las mujeres que salen con hombres más jóvenes deberían estar más alerta que las demás, ¡sin duda!
Para acabar, la psicoanalista recuerda que el amor es cosa de dos. Y que en el fenómeno participan de principio a fin dos personas. ¿Es decir? Podría creerse equivocadamente que son ellas las que llevan la batuta, puesto que su posición las dota de una gran influencia sobre la población masculina joven e inexperimentada. Ahora bien, según parece, esos «jóvenes» también quieren convertirse en hijos-amantes. Las páginas web para conocer gente prueban de forma indiscutible que el fenómeno es una revolución por partida doble y complementaria: «el deseo de las mujeres maduras por los hombres más jóvenes se hace eco de la voluntad de estos últimos de conocer una visión más adulta y más calmada de la vida, rompiendo también con ciertos códigos patriarcales bastante arraigados». ¡Las mujeres están cambiando, los hombres también!
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Miér 13 Mar 2013, 1:14 pm