Muchas cosas de las que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás siendo partícipe, están fuera de tu control.
Pero afortunadamente, no importa las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que puedes adueñarte y tomar control.
Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento ante tus problemas y retos.
Estoy hablando de tu actitud.
Es decir, de cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.
Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda.
¿Cómo te adueñas de tu actitud?
A continuación te ofrezco ocho simples pero poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.
Primera decisión:
En vez de resistir… Yo Acepto
Acepta lo fáctico, lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces, no puedes cambiar -al menos no tan rápido como te gustaría.
En ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.
Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede.
Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo.
Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.
Segunda decisión:
En vez de resignarme… Yo aprovecho
Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control.
En vez de sentirte al efecto pasas a experimentarte como causa.
Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.
Tercera decisión:
En vez de evadir… Yo Asumo
¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?
Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable.
Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes lo que te corresponde te adueañas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.
Cuarta decisión:
En vez de sólo desear… Yo Me Comprometo
La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias.
¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?
Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés.
En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.
Quinta decisión:
En vez de preocuparme… Yo Me Ocupo
El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.
¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto?
Entonces ponte en acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.
Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento.
Pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.
Sexta decisión:
En vez de olvidarme de lo que tengo… Yo Agradezco
La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida.
En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido y tienes más de lo que creías.
Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades, aprendizajes, momentos, oportunidades, amores. talentos, fortalezas, conocimientos.
Séptima decisión:
En vez de desconfiar… Yo confío
¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?
Confiar o no confiar. La decisión es tuya.
Octava decisión:
En vez de visualizar en negativo… Yo Apuesto a Ganar
Como decía Henry Ford, "si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto".
En ti está elegir conscientemente apostarle a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.
No es simple pensamiento positivo.
No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser.
Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible. Conectado con la gratitud
©Leo Alcalá