Los universitarios tienen derecho a solicitar la revisión individualizada de sus exámenes y a reclamar en caso de disconformidad
Caras de felicidad o de desánimo, pero también de sorpresa o incredulidad, y es que cuando se publican los resultados de los exámenes son muchos los estudiantes que consideran que la nota obtenida no se corresponde con la que ellos esperaban. Para subsanar posibles errores de corrección, o para ratificar el resultado, los universitarios pueden solicitar la revisión del examen y realizar una reclamación posterior en el caso de no estar de acuerdo con los criterios aplicados.
Estudiar y cumplir las tareas y actividades previstas en la programación docente de las asignaturas; éstas son las principales obligaciones que adquiere un estudiante universitario al matricularse en un centro de estudios superiores, tal como se recoge en los estatutos de las distintas universidades. Pero además de obligaciones, los estudiantes también tienen derechos. Entre ellos, uno de los más importantes es el de recibir una valoración objetiva de su rendimiento académico y disponer de la opción de reclamar o impugnar con las debidas garantías esta valoración en aquellos casos en que la consideren injustificada o arbitraria.
La mayoría de las universidades españolas incluye dentro de su normativa un reglamento específico de exámenes realizado por la Junta de Gobierno de cada universidad, en el que se recoge, además de las pautas sobre la programación y desarrollo de las distintas pruebas de evaluación que realicen los estudiantes durante el transcurso del año académico, los procedimientos que los alumnos pueden llevar a cabo en caso de disconformidad con la calificación otorgada: la revisión del examen con el profesor que lo haya calificado y la reclamación ante un órgano superior competente. Aunque los procedimientos suelen ser muy parecidos, estos reglamentos pueden diferir entre las distintas universidades y por tanto es conveniente consultar la normativa del propio centro o facultad para conocer la metodología exacta que se aplica en estas situaciones.
Revisar los contenidos
Una vez corregidos los exámenes, los resultados se deben hacer públicos en el tablón de anuncios correspondiente en el plazo que marque el reglamento de exámenes o el estatuto de la universidad. En caso de disconformidad con la calificación obtenida, los alumnos pueden acudir a la revisión del examen del modo que esté marcado en el reglamento de su centro de estudios:
Además de las calificaciones de los alumnos, en la hoja de resultados de los exámenes de algunas universidades debe constar también la fecha, hora y lugar que el profesor ha determinado para la revisión de exámenes, de modo que el estudiante que lo estime necesario tan sólo tiene que acudir en el horario indicado para que su examen sea revisado.
En otros casos, es necesario que el estudiante se dirija por escrito al profesor que haya calificado el examen solicitando la revisión del mismo y haciendo constar las razones de su discrepancia; posteriormente, el profesor examinador hará público en el tablón de anuncios correspondiente el calendario de revisión para los solicitantes.
La revisión, que suele realizarse generalmente entre los dos y diez días posteriores a la publicación de las calificaciones, es individual y consiste en una nueva valoración por parte del profesor de los aspectos en los que el alumno muestre desacuerdo entre el contenido de las respuestas y la calificación otorgada. Para realizarla es aconsejable que el alumno lleve consigo todo aquel material académico o extraacadémico que considere oportuno para justificar sus respuestas a las cuestiones en las que esté disconforme con el criterio de calificación del profesor. Una vez realizada la revisión, el profesor debe tomar una resolución definitiva sobre la calificación de examen. Si el alumno no está conforme puede optar por la siguiente fase: la reclamación.
Reclamar ante un órgano superior
Los estudiantes que tras la revisión de un examen sigan discrepando con el profesor en la nota obtenida pueden presentar un recurso o reclamación ante un tribunal u órgano designado por la universidad para actuar en estos casos. Hay que tener en cuenta que esta reclamación debe estar motivada como corresponde. Para ello, es importante que los alumnos antes de realizarla consulten previamente el plan docente de la asignatura, donde se recogen los criterios y las formas de evaluación. De este modo, los estudiantes pueden comprobar si existe alguna inadecuación entre los contenidos del examen y lo previsto en el plan docente o si se han utilizado procedimientos de evaluación distintos a lo establecido.
La reclamación se realiza por escrito, haciendo constar los motivos que la fundamentan en el plazo que esté marcado en el reglamento y se debe dirigir al director del departamento al que corresponda la asignatura, al decanato, o a la junta del centro, según determine cada universidad o facultad. Una vez recibida, la reclamación puede ser rechazada por improcedente, o ser admitida. En este último caso, generalmente se nombra una comisión técnica formada por profesorado del área de conocimiento que se esté evaluando, que se encargará de estudiar las alegaciones presentadas por el alumno, oír a las dos partes implicadas, el estudiante y el profesor, y decidir posteriormente el mantenimiento o la modificación de la calificación del examen.
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