El tomate, consumo moderado ante dolencias articulares
Por su particular composición, su consumo frecuente no resulta indicado en personas sensibles que sufren dolencias articulares
¿Es conveniente comer tomate cada día ahora que está de temporada? El tomate es un vegetal propio de la región mediterránea y de su gastronomía, y su consumo es abundante durante los meses de verano por ser su temporada natural de cultivo. Fresco, resulta idóneo para degustarlo en ensalada, como ingrediente de sopas, gazpachos y zumos, y los excedentes se emplean para elaborar salsas de las que se pueda disponer el resto del año. Se trata de una planta de la familia de las solanáceas, y por su particular composición conviene que las personas que sufren dolencias articulares no lo tomen a diario.
Autor: Por MAITE ZUDAIRE
Tomate y mal de articulaciones
La dieta resulta un factor a considerar en la etiología de la artritis. Hay alimentos que por su particular composición favorecen la inflamación, lo que empeora el molesto dolor. Entre ellos se encuentran los vegetales de la familia de las solanáceas (Solanaceae) cuyo consumo puede afectar a la artritis de forma negativa en personas sensibles. Esta familia incluye el tomate (Lycopersicon esculentum L.), la patata (Solanum tuberosum L.), la berenjena (Solanum melongena L.), el pimiento (Capsicum sp.), la planta del tabaco (Nicotiana tabacum L.) y otras reconocidas por su toxicidad como la mandrágora y la belladona. Todas ellas tienen en común su contenido en alcaloides tóxicos y uno de ellos, la solanina, es la sustancia más reconocida. Estos glicoalcaloides tienen una función relevante en el desarrollo y protección de las plantas al defenderlas contra hongos, bacterias y parásitos.
En el organismo humano la acumulación de glicoalcaloides tóxicos afecta a las colinesterasas, grupo de enzimas encargadas de controlar, entre otros, los procesos de inflamación celular. Estas enzimas descomponen el neurotransmisor acetilcolina, y esta reacción es necesaria para que ciertas neuronas en el sistema nervioso vuelvan a su estado de reposo después activarse. La inhibición de dichas enzimas se asocia por tanto con espasmos musculares, debilidad, dolor y rigidez músculo-esquelética, y podría explicar el malestar articular en personas que sufren de artritis. Aunque la mejora genética ha reducido la presencia de estos tóxicos naturales en los vegetales de esta familia, su consumo frecuente y en abundancia no resulta indicado para personas sensibles a este mal.
La acumulación de glicoalcaloides afecta a los procesos de inflamación celular y agravan los síntomas de la artritis
Otra teoría que se baraja para explicar la afectación de estos vegetales en los trastornos articulares es que las solanáceas contienen un metabolito muy activo de la vitamina D3. En las personas afectadas, la acumulación de este compuesto puede causar calcificaciones en los tejidos blandos (riñones, pulmones, tendones, ligamentos...) por exceso de calcio al ser desviado de los huesos.
Estos glicoalcaloides son más abundantes en las zonas verdes de dichos vegetales, por lo que siempre convendrá evitar estas partes. Asimismo, es determinante recolectar los vegetales cuando estén maduros y almacenarlos de manera apropiada para que no reverdezcan, ya sean en lugares oscuros, frescos y protegidos de la luz del sol. Con la cocción se reduce hasta en un 50% la concentración de alcaloides, si bien, puede no ser suficiente para individuos sensibles.