PULMONES: SÍMBOLOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD:
Los pulmones simbolizan el contacto, la comunicación, la libertad, el hecho de dar y recibir. En la respiración se establece y mantiene el contacto con el mundo exterior en forma de un intercambio de gases entre el aire y la sangre (se transforma, como en el laboratorio de un alquimista, la sangre venosa en arterial). La respiración nos conecta con todos los seres vivos ya que todos respiramos el mismo aire.
El ritmo respiratorio es de catorce inspiraciones-espiraciones por minuto (un número sanador según el Tarot) y este ciclo lo repetimos 21.000 al cabo del día. La respiración, junto con la alimentación, es nuestro combustible vital. Un suspiro espontáneo es un "extra" de vida que nuestra alma reclama.
Por naturaleza, el pulmón es un órgano flexible (se expanden y achican con cada respiración) y pasivo (se mueven por acción de los músculos que lo rodean y el diafragma). Cuando una persona rechaza en sí esas actitudes, la de la flexibilidad y la pasividad, por ensalzar las contrarias: rigidez e hiperactividad, puede acusar problemas pulmonares.
La respiración significa absorber, mantener y compartir vida. Desde esta perspectiva los problemas respiratorios expresan nuestra dificultad de inspirar y acoger la vida en nosotros. Los motivos pueden ser: el miedo, los impedimentos, por falta de capacidad para defendernos de las agresiones (reales o imaginarias) de nuestro entorno y la falta de espacio para moverse.
El pulmón, al igual que la piel, es un órgano de contacto con el exterior, con la diferencia de que con la piel podemos decidir voluntariamente (toco o no toco, me dejo tocar o no me dejo tocar) y con el pulmón el contacto se hace de manera involuntaria, por lo que es muy susceptible del abuso. Cualquier abuso en estos ocho centros, puede causar lesiones o tumores en el pulmón:
DAR - TOMAR
RELAJACIÓN - CONTRACCIÓN
CONTACTO - REPUDIO
LIBERTAD - AGOBIO
El enemigo número uno de los pulmones es el tabaco, se suele relacionar con el cáncer de pulmón. Aparece una relación directa entre este tipo de cáncer y la degeneración en el campo de los contactos y de la comunicación. Digamos que cada cigarro es un duelo entre la vida y la muerte: tenemos la falsa ilusión de que controlamos lo que inspiramos y con ello nos sentimos más vivos, mientras por otro lado, sabemos que ese "aire" caliente que a voluntad absorbemos, repetidamente y en exceso, nos puede llevar a la muerte.
Es imposible, al reflexionar sobre este tema, pasar por alto la imagen gráfica y somática que nos ofrecen los pulmones encerrados entre esos alineados barrotes óseos que son las costillas. Son como dos grandes pájaros enjaulados. El no aceptar las limitaciones, las resistencias a las normas impuestas y las corrientes en contra del río de la vida, pueden también acarrear problemas de salud en estos encarcelados órganos.
Preguntas que nos podemos hacer:
¿Tengo miedo de ser libre e independiente?
¿Hay algo o alguien que me impide respirar?
¿Con qué o con quién no deseo entrar en contacto?
¿Me faltan ganas de vivir?
Un ejemplo de acto psicomágico relacionado con los pulmones:
Alguien dice: ¡Tengo miedo de morir de cáncer de pulmón! Mi padre murió a los 43 años de cáncer…y estoy a punto de llegar a su edad.
¿Qué puede hacer esta persona que carga con ese miedo?
Una posible solución vendría de la mano de la psicogenealogía. En este caso se ve que es un miedo heredado, algo que le viene del padre. Podría, como dice Alejandro Jodorowsky, comprar una bola de hierro (por ejemplo de petanca) y pintarla de negro. Después en una pequeña mochila cargaría durante tres días con ese peso que no se quitaría ni tan siquiera para dormir (simbolizaría el peso con el que vamos cargando en forma de miedo)
Finalmente acudiríamos a la tumba donde está enterrado nuestro padre y le dejaríamos la bola de hierro, le devolveríamos lo que es suyo. Como estos actos siempre hay que acabarlos positivamente, con miel escribiremos sobre su tumba las palabras de paz, amor y libertad.