ALTO
La preocupación en “el entorno más intimo” hace imposible el disimulo. En el “estamento verde” nadie calificado o conocedor de lo que son las estrategias militares en pleno Siglo XXI se atreve a calificar “como buena para el país” la compra de 30 tanques rusos. “Es que no tenemos ni carreteras ni puentes que garanticen su movilización, menos tecnología y gerencia para su mantenimiento. Además, el arte de la guerra se conduce con menos tanques y más de otras cosas. Es un dinero perdido, a por millones, como los gigantescos helicópteros igualmente rusos que se ven parados en La Carlota”, nos precisa la fuente. Recibimos de ella un listado de otras “genialidades del Líder” que sin contraloría, discusión parlamentaria, conocimiento de expertos ni debate académico alguno, se registran contra el patrimonio de todos los venezolanos, mientras los niños indigentes siguen en la calle y la pobreza, el desabastecimiento, la falta de agua, luz y la inseguridad acosan a toda la población: a la central de energía nuclear recién anunciada, debemos agregarle el Centro de Observación Espacial del Satélite Simón Bolívar en El Sombrero, en Guárico; los 9 submarinos rusos anunciados en el 2007; la refinería en Abreu e Lima, en Pernambuco, Brasil (que por incumplimiento del Gobierno la prensa brasilera comenta que ya quedamos fuera); el gasoducto Caracas-Buenos Aires anunciado desde el 2006 y que estaría listo en 7 años con una inversión superior a $23 mil millones (y aún no tenemos gas ni para sostener a Planta Centro); una petroquímica en Irán, anunciada en julio del 2007 (mientras que las nuestras baten record de accidentes no esclarecidos); otra refinería (de las más de 20 ofrecidas por el mundo) en Siria, anunciada en junio de 2007 por Dia Nader de El Andari, embajadora en ese país árabe (más de $700 millones), y, sin agotar la lista, pero ya en territorio nacional, el famoso Eje Orinoco-Apure, anunciado desde el 2000 y al que la CAF, según reseñas, adelantó un crédito de $10 millones sin conocerse resultados, más otros 5 millones puestos por el propio Gobierno; el Parque Temático de La Carlota y la Universidad en Miraflores; la planta de Cemento Cerro Azul, en Monagas, anunciada en el 2006 como proyecto iraní-venezolano, para estar concluida en 3 años y hasta hoy, 4 años después, sin siquiera un saquito de cemento (Venezuela le dio $48 millones como inicial a una empresa iraní); la fábrica de fusiles rusos Kalashnikov, en Aragua; y como guinda final, el tren y túnel por debajo del Lago de Maracaibo que anunció en el año 2006 (“… dentro de pocos años usted se monta en Maracaibo y de un solo tiro va a parar a La Rinconada… “, la cita es textual, aunque usted no lo crea). Como aquel viejo slogan: ¡viaje ahora y pague después…! ¿El Contralor, la Fiscal General, los diputados focas de la Asamblea? ¡Todos bien, gracias, y viajando también! Si vieran la lista de viajeros. Una funcionaria del ministerio de Comunas en organización de “eventos”, mascullando apenas el español, fue invitada a este periplo. Llamó a una amiga y le pidió el favor que le dijera que era eso de “bilorus”. Nunca había salido de Caracas. Los viáticos fueron completos. A todos. Mas de cien. Y esta vez en el Airbus criollo y otro avión cubano… …
Nelson Bocaranda Sardi