El desarrollo de los teléfonos fijos dependió durante muchos años de la ampliación y ramificación de la Red de Telefonía Básica (RTB), todavía existente, que utiliza el cable o “par telefónico” como elemento principal para transmitir las conversaciones entre las centrales y los abonados que emplean teléfonos fijos instalados en oficinas, comercios, el hogar, o en cualquier otro lugar.
Sin embargo, desde 1982 comenzó el desarrollo de las redes de telefonía móvil o celular, que difiere grandemente de las de la telefonía fija aunque, al final, ambas estén interconectadas.
Sin embargo, existen notables diferencias entre un teléfono fijo y uno móvil o celular.
Mientras que la conexión entre la central telefónica y el teléfono fijo se establece por medio de cables o “pares”, la del teléfono móvil o celular, por el contrario, se establece por ondas de radio, de forma similar a como se hace con un dispositivo PMR (Private Mobile Radio – Radio Móvil Privado), conocido también como “walkie-talkie”.
Es decir, que el teléfono móvil constituye en sí un transmisor-receptor de radio o más exactamente, un dispositivo de “telefonía inalámbrica”.
Mientras que un dispositivo PMR o “walkie-talkie” utiliza un solo canal para la transmisión-recepción de la voz a una distancia limitada a unos 3 kilómetros entre un aparato y otro, el teléfono móvil o celular constituye un dispositivo “dual”, es decir, que emplea dos canales simultáneamente, uno para la recepción y otro para la transmisión, por lo que no es necesario que un usuario termine de hablar para que el otro también pueda hacerlo.
Además, el alcance de un teléfono móvil no está limitado por la distancia para establecer las comunicaciones, ni entre dos teléfonos igualmente móviles o celulares, ni entre uno móvil y otro teléfono fijo situados ambos en cualquier parte del mundo, siempre que cuando se emplee el teléfono móvil existan estaciones bases de recepción-transmisión cercanas que ofrezcan la cobertura necesaria para enviar y captar las señales de radio.
El nombre de teléfono celular lo toma este sistema porque la comunicación inalámbrica se establece entre espacios hexagonales o áreas geográficas denominadas “células”, agrupadas unas a continuación de otras.
Cada célula cubre una superficie de unos 16 kilómetros cuadrados (4 x 4 km) aproximadamente, empleando para ello una estación base equipada con el transmisor-receptor y su respectiva antena, así como el equipo con el que se establece la comunicación en la red.
Normalmente existen cientos de células o hexágonos distribuidos por toda una ciudad para dar cobertura de telefonía inalámbrica a cualquier usuario.
Las antenas de telefonía móvil o celular no se colocan en el centro de lo que es la "célula" o área geográfica de influencia de la transmisión-recepción inalámbrica, sino en sus esquinas.
Como el alcance de cada estación base se circunscribe solamente al área de influencia de la antena, a medida que nos alejamos de ésta y nos acercamos al límite de su alcance, la señal comienza a debilitarse y automáticamente la comunicación telefónica se transfiere a la estación siguiente.
Todo ese proceso lo controla una estación de conmutación de telefonía celular, que permite que la comunicación se mantenga en todo momento sin caerse durante todo el tiempo que dure la conversación.
En Europa la telefonía móvil o celular se denomina GSM (Global System for Mobile Communication – Sistema Global de Comunicaciones Móviles) y debido a la gran saturación de llamadas que presenta, utiliza dos bandas de frecuencias diferentes: 900 y 1 800 MHz (banda dual), mientras que en América se utiliza la DSC (Digital Celullar System – Sistema Celular Digital), similar a la GSM, pero con la diferencia que emplea una sola banda de frecuencia en los 1 900 MHz. Por esa razón un teléfono GSM de banda dual, como el utilizado en Europa, no funciona en Norteamérica, a no ser que incluya también, adicionalmente, la banda de frecuencia de 1 900 MHz, que en ese caso se denomina teléfono “tribanda”.
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