HOY ES OTRO DÍA QUE TAMPOCO...

HOY ES OTRO DÍA QUE TAMPOCO...


En mi opinión, somos muchos los que al final del día, si tuviésemos la valentía de hacer un inventario de lo que hemos hecho y lo que no, acabaríamos llegando a la triste conclusión de que “hoy es otro día que tampoco…”.

Detrás de “tampoco” cada uno ha de poner lo que corresponda en su caso, porque hay muchas cosas al final de cada día que “tampoco”. La mayoría de ellas son propósitos que uno no ha sido capaz de poner en marcha porque le ha faltado firmeza en la voluntad, o le ha faltado un extra de decisión y valentía, o porque la cobardía –disfrazada con cualquier excusa- ha estado muy presente.

Ahora se ha puesto de moda decir “procrastinar”, que es “diferir, aplazar”. Y así hacemos con algunas cosas, y son preocupantes sobre todo las que son importantes, las que afectan a nuestro Crecimiento Personal, las que nos ayudarían a quitarnos un problema de encima, las que sabemos que tenemos que hacer pero no hacemos.

La frustración por el propio auto-reproche consigue que, a veces, adquiramos un compromiso –efímero, tambaleante- de que mañana sí, mañana afrontaremos eso que tenemos que hacer, mañana será el día en que por fin digamos “hoy sí” y lo hagamos. Bueno… esta es la idea y el propósito, pero la verdad es que hay más posibilidades de que mañana sea otro día “que tampoco”.

Nos tenemos que tomar más en serio a nosotros mismos y mirar por nuestros intereses. La pereza, la vagancia o la falta real de compromiso son impedimentos que nos traicionan. Se requiere firmeza y fortaleza para afrontar lo que haya que afrontar con decisión y valentía, por muy desagradable que sea. No debemos eludir las responsabilidades. Sería conveniente decir “quiero hacerlo” y eso lo haría un poco más fácil, pero si no funciona, si no surge de ese modo, hay que cambiarlo por un más impositivo “tengo que hacerlo” y conviene ponerse lo suficientemente serio y responsable como para no permitir que decaiga el ímpetu y que, al final, el día se quede en “otro día que tampoco…”. Obligar es una palabra y un modo de actuar no muy agradable, pero si es necesario llegar a eso para lograr algo pues habrá que obligarse.

Se trata de actuar de modo que al final del día uno tenga una sensación no sólo de haber aprovechado el día sino también de tener los deberes cumplidos. Eso aporta vitaminas a la Autoestima, que se siente reconfortada. Uno gana muchos puntos frente a sí mismo.

Las responsabilidades hay que afrontarlas y Uno Mismo, y lo que nos pasa son, y han de ser, una obligación ineludible. Vivir implica resolver los asuntos que se presentan, tomar todas las decisiones que sean necesarias –aunque sea una tarea ingrata- y afrontar los momentos desagradables que haya sin eludirlos.

Hay mil trucos para forzarse a hacer esas tareas ingratas y cada uno ha de encontrar los que le sean más afines. El básico es dar el primer paso. Otro es tomar un compromiso serio con la tarea y no fallar. Si aparenta ser demasiado grande se puede “fraccionar” para ir resolviéndolo.
(En este enlace tienes un vídeo titulado “Hay que ponerse objetivos tan pequeños que sea imposible no lograrlos”: https://www.youtube.com/watch?v=LP4Er3MSFJQ).

La motivación es una buena herramienta, así que conviene motivarse o prometerse algún premio o compensación por el esfuerzo. También sirve como auto-convencimiento saber que es una tarea que tiene una duración limitada y que en algún momento se va a terminar y quedará la satisfacción de la tarea realizada. El miedo, la pereza, y las distracciones, son malos compañeros para esta tarea. Conviene deshacerse de ellos. Por supuesto que hay que tener claro que lo que uno emprende no es una tarea imposible; si es difícil o muy difícil, adelante con ella; si es imposible… será perder el tiempo y sentir una desagradable frustración. Si son varias cosas las que están pendientes habrá que afrontarlas una a una, sólo una cosa cada vez, así se verá menos pesado y asustará menos. Hay que poner orden en lo que se vaya a hacer.

Procastinar es una falta de respeto a uno mismo y es hacerse daño. Haz lo que tienes que hacer y haz lo que quieres hacer. Te sentirás bien. No dejes que tu vida se vaya vacía de vida. Que no haya más días “que tampoco…”.

Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales

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