Slow Sex.

Hablamos de relaciones íntimas, estamos hablando de slow sex, una práctica tradicional en los países asiáticos, que ahora acogemos como si de algo nuevo se tratase. Esta mezcla de orientalismo y ‘new age’ en la cama, nos permite saborear cada rincón del cuerpo de nuestro amante, alargando el éxtasis hasta límites insospechados.

Bañarse juntos, poner música, velas, en definitiva, hacer el ambiente más agradable, ayudará en la misión. Lógicamente fuera televisión, relojes, teléfonos o todo lo que nos pueda interrumpir la entrega en cuerpo y alma del uno al otro.

Al acto amoroso debe dedicársele, como mínimo 60 minutos. "Slow Sex" nació hace tres años en Italia, en defensa de la sensualidad y la intensidad frente al quita y pon.

Más allá del sexo hay un terreno mágico e inexplorado, un lugar al que se llega a veces de la manera más simple y natural. Basta con arrojarse al río de la sensualidad, colgar en la orilla los prejuicios y los tabúes y sumergirse en las aguas de la fusión total.
Pero antes, la caricia, el roce de la piel como dulce preámbulo. La esencia de uno y otro respirando como uno solo. Y el cálido abrazo de la mirada: la anticipación, el deseo, el mutuo descubrimiento. El beso que nos remite al agua y por fin el fuego.

Es hacer el amor de una manera tal que se convierte , literalmente, en una experiencia mística.






URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/milomanara.jpg/][/URL]