CÓMO EVITAR CAER EN LAS TENTACIONES
En mi opinión, las tentaciones, que son esos deseos que nos hacen alterarnos y nos llevan a buscar como sea el modo de satisfacerlos, que nos manipulan convirtiéndose en el foco central de nuestra atención, que desconciertan nuestra conciencia y nos hacen revisar nuestros principios éticos y morales… se han de satisfacer o evitar en función de varios factores y del valor personal que le dé cada uno a cada una de ellos.
“Lo mejor para evitar las tentaciones es caer en ellas”, se dice. Parece que la frase tiene algo de razón… siempre y cuando el hecho de caer en esa tentación no traiga posteriormente unas consecuencias que sean graves, o cuyo sufrimiento posterior –por haber caído- sea muy superior al placer que ha aportado.
Si la tentación es comerse un dulce, no es lo mismo para alguien que no tiene problemas de sobrepeso que para quien está esforzándose mucho por adelgazar. En este último caso, se puede llegar a razonar de un modo reflexivo aplicando toda la lógica –y el Amor Propio- para convencerse de que los pocos segundos que dura el placer de comerse el dulce requieren después dos horas de duro ejercicio para eliminar las calorías aportadas. A poco que uno piense llegará a la conclusión de que es mejor evitar el dulce.
También sirve pensar de un modo similar a este para otras cosas, cuando los pocos segundos que dura el placer se verán enturbiados y descompensados con los efectos posteriores. Si uno se ha propuesto no comer dulces y lo hace, después del placer llegará el auto-reproche, el ataque directo a la autoestima -que se verá afectada porque uno se enfadará consigo mismo por no haber respetado la evitación-, duras descalificaciones, el sentimiento de inutilidad y de frustración, los reproches por la poca voluntad y por no respetar las propias decisiones, etc.
Es lo que tienen las tentaciones… que son efímeras, que hay un momento de “clímax” pero en cuanto éste desaparece en muchas ocasiones deja tristeza y una pesarosa insatisfacción.
La elección básica ante ellos es sencilla: SÍ o NO. Si uno tiene claro que va a caer en ellas sin cargo de conciencia, que le apetecen, que lo puede hacer sin que le cause problemas, pues… adelante.
Si la respuesta es NO, entonces ha de estar preparado para pelear contra ellas y tener preparados argumentos y actuaciones para aplicar sin sentirse arrastrado ni envuelto en un conflicto emocional.
Si la respuesta se puede interpretar como “no debo, pero sí quiero” entonces hay un problema serio y de difícil solución. Es muy probable que uno comience con el convencimiento firme de su decisión de ese momento y que unos minutos/horas después sienta y decida todo lo contrario. Asistirá expectante a una serie de diálogos interiores en un conciliábulo donde habrá posturas a favor -que él mismo apoyará-, pero también habrá argumentos que justifiquen la decisión contraria y entonces uno sentirá que también está a favor del “sí quiero, aunque no debo”.
El placer es efímero, pero dependiendo de qué asunto se trate el arrepentimiento puede durar toda una vida.
En el caso de las tentaciones, exceptunado que uno sea muy firme en su convencimiento y en eso sea irreductible, es muy posible que, decida lo que se decida, vencerla o no, uno se arrepienta después. No sabemos si dentro de unos días o muchos años uno acabará llegando a la conclusión de que tenía que haber hecho lo que no hizo, o que no tenía que haber hecho lo que sí hizo.
El pensamiento reflexivo y la lógica, ayudan a no caer. Tener las ideas claras y la conciencia en paz está muy bien. Sentirse a gusto y satisfecho con uno mismo es impagable.
En los casos más simples de tentación, y si es posible, es mejor no tener a mano las cosas que son objeto de la tentación. En los asuntos de tentaciones graves, es mejor tener la sensatez a mano y la cordura muy despierta.
Como sugerencias, pueden serte útiles:
- Sí puedes controlar tus actos. Te será más difícil controlar tus deseos, pero mientras controles tus actos puedes permitir que sigan los deseos.
- Diferencia claramente entre necesitar, querer y desear.
- Las tentaciones están relacionadas con las fantasías. Cuidado con éstas.
- Ten un plan para evitar las tentaciones y estate preparado para saber reaccionar y actuar correctamente cuando aparezcan.
- Sé responsable de ti mismo.
- Recuerda: querer es poder.
- Evita poder acceder fácilmente a las tentaciones.
- Ocúpate en otra cosa cuando aparezcan. Réstales poder.
- Date un premio por vencer una tentación.
Ahora que sabes un poco más de ellas… empieza a preparar cómo va a ser tu relación con ellas.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo.