CAPÍTULO 167 - HACER DE LA RELACIÓN EL ÚNICO MOTIVO DE LA VIDA
-ATENCIÓN A LA BAJA AUTOESTIMA-
Este es el capítulo 167 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
Existe la posibilidad de idealizar tanto el vínculo de pareja que, llegado el momento de estar en ella, se la convierta en el único motivo de la existencia, y se la anteponga incluso a uno mismo.
Me parece muy bien que se le ponga toda la atención, por parte de ambos, porque realmente es un asunto interesante, lo requiere y lo merece, y porque fundar esa relación es una decisión que han tomado entre los dos. Pero hay algo más que “la relación”.
Es decisión personal de cada uno valorar la preponderancia que tiene la relación en su vida. En opinión de algunos, el conjunto de la pareja tiene más valor que cada una de las individualidades. “Somos más que dos: somos uno”, dicen poéticamente algunos. En otras opiniones la pareja es la reunión de dos personas con un proyecto común en el que han de volcarse enteros, según mutua y libre decisión, pero preservando siempre la individualidad de cada uno. O sea: “Pondré todo lo que pueda y sepa por mi parte, pero no haré algo que me agreda directamente, que me humille o menosprecie, que atente contra mi dignidad, que me obligue a dejar de ser yo mismo, o que me haga sufrir”.
Son dos puntos de vista, y tan respetable uno como otro, por eso no se puede dictar una norma con respecto a lo que ha de suceder en estos casos; es conveniente que ambos miembros de la pareja dicten sus propios acuerdos acerca de lo que va a ser, y cómo, la relación.
Hay vida fuera y más allá de la pareja. Y vivir esa otra vida no tiene por qué afectar a la relación, sino que puede y ha de enriquecerla.
Ceñirse exclusivamente a la relación, además de impedir el disfrute y crecimiento personal, puede hacer que se estanque, por falta de novedades e ilusiones.
Es mejor tener para aportar algo más que la rutina de la casa y los niños, o el jefe y los problemas de trabajo. Es conveniente seguir vivos.
Los familiares, los amigos, los hobbies, el mundo, la vida… todo esto está ahí y no hay por qué renunciar a ello. Puede que el hecho de estar de pareja imposibilite una dedicación intensiva o exclusiva a otras cosas, pero no una renuncia total y definitiva.
Cada uno, cada una, es la primera razón de su vida. De la propia vida. Así que es mejor no olvidar este principio, esta realidad, y no renunciar a ese derecho.
Es bueno buscar el equilibrio y permitir la convivencia de los intereses particulares con los intereses de la pareja. Y se puede hacer sin renunciar a ninguna de las dos cosas.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- La pareja se compone de dos personas… más lo que les une a ambos: la relación. Pero todos pueden vivir en armonía.
- No es necesario –ni conveniente- que alguno de los miembros renuncie a seguir siendo él mismo. Se puede compaginar el mundo de cada uno como individualidad con el mundo como pareja.
- La renuncia a los intereses personales para centrarse en la relación como motivo único de vida es un poco arriesgada y priva de otras fuentes de placer y crecimiento, pero es una decisión personal respetable cuando se toma desde la libertad.
Francisco de Sales
(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:
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