CAPÍTULO 146 - LLEVAR A PRISIÓN LA LIBERTAD DEL OTRO
-CUANDO LA PAREJA ESTÁ DESCOMPENSADA-
Este es el capítulo 146 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
Algunas personas creen que cuando establecen una relación eso implica una renuncia a todo lo que hasta entonces les ha unido al resto del mundo. Y eso no es acertado.
Algunas personas exigen al otro una fidelidad absoluta, y eso es muy correcto, pero también exigen una dedicación exclusiva de todo su amor, y esto no resulta fácil ni es conveniente.
Cuando una pareja se compromete, el compromiso es el de ofrecer en exclusiva los sentimientos amorosos como hombre o como mujer, pero no el amor que se les tiene a los familiares o amigos, que es de otro tipo distinto aunque lleve el mismo nombre.
No se debe obligar al otro a que abandone todas las que han sido sus actividades y relaciones hasta entonces –salvo aquellas que afecten directamente a su relación sentimental, o sea, otros hombres o mujeres con intenciones amorosas o sexuales-, porque aunque la otra persona renuncie de un modo más o menos voluntario, va a comprobar, cuando se le baje un poco la fiebre del enamoramiento, que su pareja le cubre algunas de las necesidades de sus sentimientos, pero no todas.
Hay cosas que una persona sólo las puede encontrar fuera de la relación, en otras personas o en otros sitios, y si tiene que renunciar a ellas sólo por satisfacer el deseo de ser acaparada en exclusiva, de un modo que puede llegar a ser agobiante y asfixiante, en algún momento se dará cuenta de que le están limitando una parte de su libertad, de que le están impidiendo desarrollar algunas de sus facetas y desarrollarse como persona integral. Que le están cortando y coartando la libertad de seguir siendo ella misma. Puede encontrarse un poco desorientada, vacía, con la desagradable sensación de haber perdido el control de su vida, y con la duda razonable de si habrá acertado al emparejarse con alguien tan acaparador.
Ese es uno de los momentos en que puede comenzar el declive de la relación, porque uno puede cuestionarse: ¿qué hago yo aquí?, ¿por qué tengo que renunciar a tanto?, ¿soy yo mismo o he dejado de serlo para ser quien la otra parte le interesa que sea?
Es bueno que cada uno de los dos mantenga actividades que no comparten en común –insisto: siempre que no atenten contra los principios básicos establecidos en la relación-, porque eso les permitirá seguir desarrollándose como personas, afianzará la relación -ya que se sentirán comprendidos y apoyados por la otra parte-, y tendrán nuevas experiencias que podrán compartir. Pero es mejor que sean experiencias que no le quiten el tiempo que debe dedicar a la relación.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- La relación de pareja es una decisión de compartir dos libertades que se tienen que seguir manteniendo.
- Ser pareja no es ser dos indisolubles, es ser uno y otro.
- Renunciar a todo lo que uno era antes de emparejarse es renunciar a ser Uno Mismo.
- Ninguno de los miembros de la pareja tiene derecho a exigir al otro que renuncie a todo su pasado.
Francisco de Sales
(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:
http://buscandome.es/index.php/board,89.0.html)